Hace un par de días que llegamos Alsacia. La idea era permanecer tres semanas en una granja dedicada a la cría de caballos, donde tendríamos oportunidad de ampliar nuestras habilidades en jardinería, agricultura, y ahora meternos en el mundo del cuidado de estos animales. Lo que nos hemos encontrado aquí es un par de mujeres que llevan una explotación aún por determinar y que viven en unas condiciones de higiene que deja mucho de desear. La casa está realmente sucia, los platos se lavan antes de meterlos en la fregadera, dándoselos a lamer a los animales. La comida es insalubre, y el trabajo excesivamente duro para dos personas que no cobran ni un céntimo por hacerlo. Se trataba de cuidar y de conocer el mundo de los caballos y hasta ahora lo único que hemos hecho es acarrear rocas de un lado a otro. Las personas que viven aquí son caprichosas, impredecibles, y bastante dictatoriales.
Una vez más nos hemos metido de piernas en una experiencia que no era para nada lo que esperábamos. Y es una verdadera pena, porque el paisaje y el entorno que tenemos aquí cerca es francamente maravilloso. Ya estamos haciendo planes para irnos. Esperemos que ocurra dentro de poco.